domingo, 11 de mayo de 2008

LOS PROFESORES DE LA GENERACION DIGITAL

Imaginemos que hace un siglo hubiésemos congelado a un
cirujano y a un maestro y ahora les volviéramos de nuevo a la
vida. El cirujano entraría en la sala de operaciones y no
reconocería ni el lugar ni los objetos y se sentiría totalmente
incapacitado para actuar. ¿Qué pasaría con el maestro?.
Seguramente reconocería el espacio como una clase y todavía
encontraría una tiza y una pizarra con la cual empezar a enseñar.
El principal problema de los profesores de la generación digital es
que la sociedad actual ha cambiado de forma muy rápida y el
profesorado se encuentra con una situación complicada: se han
producido muy pocos cambios en cuanto a la estructura y la
gestión de la escuela mientras que la sociedad ha cambiado de
forma rápida, los niños actuales necesitan otro tipo de formación.
Los profesores se han formado con una cultura y una visión del
significado de su profesión que ha cambiado.PAPERT(1996)
El problema es que a la tarea de enseñar y a los cambios, los
profesores generalmente se enfrentan en solitario. El profesor
dentro de la institución escolar puede ser innovador o no según
quiera o pueda. Los profesores pueden ver de forma directa cómo
la escuela tiene que cambiar, cómo necesitan mayor formación
para afrontar los cambios pero, sin embargo, tienen poca
capacidad de introducir modificaciones a la vez que la formación
depende totalmente de su voluntad.
Como señala C. Marcelo (2002), el aislamiento de los profesores
está favorecido evidentemente por la arquitectura escolar, que
organiza las escuelas en módulos estándar, así como por la
distribución del tiempo y el espacio, y la existencia de normas de
independencia y privacidad entre los profesores. El aislamiento,
como norma y cultura profesional tiene ciertas ventajas y algunos
evidentes inconvenientes para los profesores ya que aunque
facilita la creatividad individual y libera a los profesores de
algunas de las dificultades asociadas con el trabajo compartido,
también les priva de la estimulación del trabajo por los
compañeros, y se deja de recibir el apoyo necesario para
progresar a lo largo de la carrera.
Los cambios que se están produciendo en la sociedad inciden en
la demanda de una redefinición del trabajo del profesor y
seguramente de la profesión docente, de su formación y de su
desarrollo profesional. Los roles que tradicionalmente han
asumido los docentes enseñando un curriculum caracterizado por
contenidos académicos hoy en día resultan inadecuados. A los
alumnos les llega la información por múltiples vías: la televisión,
radio, ordenadores, Internet, recursos culturales de las ciudades,
etc. Y los profesores no pueden hacer como si nada de esto fuera
con ellos. Salomon ofrece su metáfora respecto a esta
modificación del rol del profesor desde transmisor de información,
el solista de una flauta al frente de una audiencia poco
respetuosa, al de un diseñador, un guía turístico, un director de
orquesta (1992:42).
Bajo esta perspectiva, el papel del profesor debería de cambiar
desde una concepción puramente distribuidora de información y
conocimiento hacia una persona que es capaz de crear y
orquestar ambientes de aprendizaje complejos, implicando a los
alumnos en actividades apropiadas, de manera que los alumnos
puedan construir su propia comprensión del material a estudiar, y
acompañándolos en el proceso de aprendizaje.
Como señala C. Marcelo (2002), los cambios en los profesores no
pueden hacerse al margen de cómo se comprende el proceso de
aprendizaje de los propios profesores. ¿Cómo se aprende a
enseñar? ¿cómo se genera, transforma y transmite el
conocimiento en la profesión docente? Unos cambios que se
concretan en formas distintas de entender el aprendizaje, la
enseñanza, las tareas, así como los medios y la evaluación.
Comprender lo que se aprende y aprender a aprender son
algunos de los aspectos más repetidos en toda la bibliografía
sobre el tema, y ello es aplicable tanto a los estudiantes como a
los propios profesores.
Junto a la capacidad de aprender, un elemento que se viene
considerando también de gran importancia es la capacidad para
dar respuesta a los desafíos actuales de las escuelas primarias es
la capacidad de liderazgo de los profesores. Se está pidiendo un
profesor entendido como un "trabajador del conocimiento",
diseñador de ambientes de aprendizaje, con capacidad para
rentabilizar los diferentes espacios en donde se produce el
conocimiento. Y una profesión docente caracterizada por lo que
Wenger (2001) denomina una comunidad de práctica a través de
la que la experiencia individual pueda convertirse en colectiva.
Una profesión que necesita cambiar su cultura profesional,
marcada por el aislamiento y las dificultades para aprender de
otros y con otros; en la que está mal visto pedir ayuda o
reconocer dificultades.
Empieza a haber experiencias interesantes en el que se muestra
cómo el uso de las tecnologías puede facilitar enormemente el
trabajo de los profesores. La creación de comunidades virtuales
para compartir recursos y conocimientos así como la creación de
espacios de práctica compartidos son una muestras.
BEGOÑA GROS
UNIVERSIDAD DE BARCELONA